El ir y venir de preguntas me hacen cuestionarme la “cooperación al desarrollo”, y entre tanto me pregunto: “¿Qué es el desarrollo?”.
Tras leer autores como Arturo Escobar, Gustavo Esteba, Serge Latouche, A. Quijano, David Slater y Pramod Parajuli, observo que el concepto “desarrollo” es un término de azarosa definición, así pues, lo que sigue es una retahíla de ideas de diversos autores que intenta acercarnos a su comprensión.
Durante la segunda posguerra mundial se produce el descubrimiento de la pobreza masiva en Asia, África y Latinoamérica. Ante su problematización surge un régimen de discursos y prácticas para erradicarla, alimentados por la fábula de los tres mundos y la lucha por el desarrollo del tercero. Esto conlleva la reestructuración de la cultura y la economía política globales. En el transcurso de los Treinta Gloriosos (1945-1975) el desarrollo fue una gran empresa paternalista, “los países ricos desarrollan a los países más atrasados”. En este período Occidente conoció el “bienestar” de la sociedad del consumo, y mientras en los, mal llamados, países del Tercer Mundo, la nueva burguesía recogía las migajas del festín.
La economía de mercado entiende que los pobres son los carentes de aquello que los ricos tenían en términos de dinero y posesiones materiales, convirtiendo así a dos terceras partes de la población mundial en sujetos pobres debido a su renta per cápita.
Ante la “pobreza masiva” aparecen instituciones de asistencia que convierten a los pobres en asistidos, produciéndose así una ruptura de las relaciones tradicionales y el establecimiento de nuevos mecanismos de control. La consiguiente administración de la pobreza exigía una multiplicidad de intervenciones en educación, salud, higiene, moralidad, empleo, enseñanza de los buenos hábitos de asociación, ahorro, crianza de los hijos…
Si el problema era el ingreso insuficiente, la solución era el crecimiento económico y el desarrollo; convertidas éstas en verdades universales, pues la “desarrollalización” del Tercer Mundo era necesaria. Este discurso promueve el desarrollo acorde con las ideas y expectativas de Occidente y con aquello que juzgan como curso normal de evolución y progreso.
Después de la expansión de la descolonización, las Organizaciones Internacionales promocionan el discurso del desarrollo con la imagen del Tercer Mundo como la de un niño necesitado de la dirección adulta.
EEUU necesita expandir el mercado para sus productos y buscar sitios para invertir el excedente de capital, de ahí el Plan Marshall para Europa. Por otro lado necesitaba más materias primas de los países subdesarrollados económicamente, por lo que les exige que privilegien el capital privado y foráneo, y que para ello debe de haber un clima adecuado, es decir, el control del nacionalismo, de la izquierda, de la clase trabajadora y del campesinado, así llegarán al desarrollo capitalista. Además, este modelo supone combatir el comunismo.
¿Cómo el Desarrollo se convierte en discurso?
La premisa básica era la creencia del papel de la modernización sin importar el costo social, cultural y político. La industrialización y la urbanización eran rutas inevitables hacia la modernización. Parte del discurso preconizaba que sólo mediante el desarrollo material podría producirse el progreso social, cultural y político. Esto fundamentó la creencia de que la inversión de capital era fundamental para el crecimiento económico y el desarrollo; el avance era concebido en función del capital (doméstico y extranjero), las infraestructuras, la industrialización y la modernización.
Aquí podemos ver como empieza un gran proceso de mimetización de la cultura, la política e incluso de las sociedades de los países empobrecidos a imagen y semejanza de los enriquecidos, es decir, este proceso tiene un carácter imperialista.
En este desarrollo existían/en unos principios de autoridad, son instituciones como Naciones Unidas las que tienen autoridad moral, profesional y legal para nominar objetos (Objetivos del Milenio de NNUU) y definir estrategias con los organismos internacionales financieros.
El desarrollo era, y sigue siendo en gran parte, un enfoque de arriba abajo, etnocéntrico y tecnocrático que trata/ba a la gente y a las culturas como conceptos abstractos, como cifras estadísticas que se podían mover de un lado a otro en las gráficas del “progreso”. Así, el desarrollo concebido como un sistema de intervenciones técnicas aplicables más o menos universalmente con el objeto de lleva algunos bienes “indispensables” a una población “objetivo” se convierte en una fuerza destructiva para las culturas del “Tercer Mundo”.
El desarrollo es una construcción histórica que crea un espacio en el cual los países pobres son conocidos, definidos e intervenidos.
Cabe concluir en este punto que el desarrollo, como discurso, es una formación histórica real, pero articulada alrededor de una construcción artificial (“subdesarrollo”) y sobre una cierta materialidad (“subdesarrollo”) que deben ser conceptualizadas en forma distinta si se quiere cuestionar el discurso.
¿Qué se desarrolla?
Lo que se desarrolla es un patrón de poder o una sociedad. Derrotadas las demás opciones, el patrón de poder es hoy el capitalismo, y la sociedad es la capitalista.
El capitalismo es un patrón de dominación, explotación y conflicto articulado en torno del eje capital-trabajo mercantilizado, constituido desde hace más de 500 años en una estructura mundial de poder. Es la primera vez en la historia que se da un mismo y único orden mundial, homogeneizador, su única diferencia radica en el modo y nivel de ese patrón de poder. Es decir, en terminología convencional, se divide en países desarrollados (PD), países en vías de desarrollo (PvD) y países subdesarrollados (PsD).
Después de la Segunda Guerra Mundial hay una reconfiguración del poder capitalista mundial, se produce una des-concentración y re-distribución del control del poder, en particular, del trabajo, de las relaciones de producción y de la autoridad política. Éste proceso es resultado de las luchas por eliminar el colonialismo y por la aparición de nuevos Estados-nación. Así pues, aparece el desarrollo como virtual aspiración universal.
Se configura un imaginario capitalista en el cuál los desarrollados eran modernos, racionales y protestantes, mientras que los subdesarrollados eran tradicionales, no-protestantes, con racionalidad pre-moderna, si no primitivos. La sociedad capitalista se define en función del desarrollo económico: principio de ganancia, valor del dinero, mercado y sentido de la vida a través del trabajo y el consumo. Todo lo opuesto a la cultura / imaginario capitalista es visto como un obstáculo al desarrollo y debe de ser modernizado (si no eliminado).
El capitalismo configura un patrón de poder mundial cuyo mayor instrumento de dominación es la idea de “raza”, entendiendo por ésta las diferentes capacidades culturales e intelectuales que clasifican a unos como “superiores” y a otros como “inferiores”. A través del concepto de raza se articula el control del trabajo, la autoridad y la subjetividad en los países del Sur. Sobre la idea de raza se producen y distribuyen nuevas identidades sociales (negro, indio…) que son el eje de la distribución mundial de forma de dominación, explotación y conflicto sobre el trabajo. Además, produce nuevas identidades geoculturales (América, Europa, África..) distribuyendo así el control del poder político y cultural del planeta. Fue el colonialismo el que permitió la constitución de la idea de raza como instrumento universal de clasificación social básica; el patrón mundial de poder capitalista se constituyó en su carácter de colonial/moderno.
Con el fin del colonialismo, la relación colonial de dominación entre razas se desplazó de una institucionalidad (el colonialismo) a otra (países independientes y/o estados-nación), rearticulándose así a escala global, esto se denomina colonialidad del poder.
La colonialidad del poder es determinante en el proceso de eurocentramiento del poder capitalista mundial, o dicho de otro modo, de control de capital como relación social y de producción industrial. Este fue el que produjo una división radical entre Centro y Periferia del capital. En el Centro se concentra el desarrollo del capital y de la sociedad del capital, se configura el poder entre la burguesía y la clase asalariada y se establece el mercado como límite de las relaciones entre lo público y lo privado. Así se establece el eurocentrismo de la nueva racionalidad del nuevo orden mundial y su hegemonía.
Fue la clasificación racial del poder capitalista la que llevó al monopolio blanco/europeo de las relaciones de capitales/salario y de producción industrial.
Así con todo, el patrón de poder se configuró como un patrón de capitalismo mundial, eurocéntrico y colonial/moderno.
También debemos mencionar el componente de dependencia histórico-estructural de la colonialidad del poder en el capitalismo mundial, es decir, la configuración de poder en el capitalismo se funda en la comunidad de intereses entre el Centro del Centro y el Centro de la Periferia.
Ante la pregunta de ¿Qué se desarrolla? Debemos concluir que se desarrolla un patrón de poder y una sociedad, que son el patrón de poder capitalista y la sociedad capitalista con consecuencias múltiples; entre ellas, la homogeneización a casi todos los niveles de las diferentes regiones del mundo.
He aquí cuándo a uno le surgen las dudas sobre el desarrollo y lo que llamamos cooperación al desarrollo.