Sentado en la mesa de un bar, agarro mi cerveza con la mano derecha y fijo mi mirada en la pantalla del televisor. Están repitiendo las imágenes de los maestros en huelga fuertemente reprimidos por la policía, curiosamente éstos llevan inscrito en sus camisetas y camionetas el siguiente eslogan: “para servirles y protegerles”. ¿Y quién los protege de la policía?
Al ver esto me viene a la cabeza nuestra visita de hoy al COFADDEH (Comité de Familias de Detenidos Desaparecidos en Honduras). Noemí Pérez, una de las fundadoras, nos cuenta su experiencia personal y la de la organización. El hermano de Noemí desaparece allá por el 1982, cuando las dictaduras reinaban por Latinoamérica y en plena aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional, o lo que es lo mismo, en plena aplicación de secuestros, desapariciones, torturas y asesinatos de todos aquellos que “delinquían”. ¿Por qué pongo delinquían entre comillas? Pues bien, porque curiosamente para muchos el pensar diferente no es ni será delito.
Noemí tan solo tenía 14 años cuándo la realidad de la desaparición de su hermano, un joven líder de movimientos estudiantiles, le golpeó. Desde entonces, está luchando por que se haga justicia y porque la verdad se haga pública. Ésta desaparición provocó el desmembramiento de su familia, pues algunos miembros optaron por dejar de buscar, por las consecuencias que para ellos podía tener. Sin embargo, Noemí y su madre buscaron a su hermano día y noche, y en la actualidad Noemí sigue buscando. Su mamá ya no puede seguir buscando, pues como dice su hija: “murió de pena moral”.
Éste es solo un ejemplo de cómo la Doctrina de Seguridad Nacional, impulsada por el gobierno de EEUU para alejar el comunismo de su “patio trasero” y las dictaduras de los setentas y ochentas afectaron a la vida de muchas personas.
Lo peor, tal y como nos cuenta Noemí, es que ahora se vuelve a repetir la historia, pero según ella es mucho peor que en los ochentas. Michelleti, de la burguesía catracha, da un golpe de estado a Zelaya, pues este plantea crear una constituyente y reformar la Constitución, aunque parece ser que el objetivo no era poder volverse a presentar tal y como nos cuentan, sino establecer un sueldo mínimo de 5000 lempiras, estudios totalmente gratuitos, el ALBA… Noemí nos cuenta convencida que lo del sueldo mínimo es el detonante, pues las transnacionales, los empresarios y los medios de comunicación están totalmente en contra. El golpe de estado conlleva otra vez, represión, desapariciones, torturas, secuestros y asesinatos; solo a modo de ejemplo, desde el golpe de estado han sido asesinados treinta periodistas, ayer el último.
Independientemente de cuáles sean los verdaderos motivos, la verdad es que se da un golpe de estado. Otra verdad, es que el nuevo presidente ha sido elegido con una abstención del 65% de los llamados a votar. ¿Saben cómo se logra este abstencionismo? El mismo día del golpe de Estado, que los ciudadanos estaban llamados a votar la cuarta urna para decidir sobre la constituyente, se forma el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). El FNRP aglutina a la sociedad civil catracha, desde sindicatos a organizaciones que luchan por los derechos de los homosexuales.
Pues bien, este frente se organiza y se moviliza para concienciar sobre la importancia de no legitimar al nuevo gobierno y se llama al abstencionismo. Hoy en día siguen luchando juntos, y ahora son más ambiciosos, quieren reformar la Constitución y refundar el estado de Honduras.
Suerte compañeros.
Al ver esto me viene a la cabeza nuestra visita de hoy al COFADDEH (Comité de Familias de Detenidos Desaparecidos en Honduras). Noemí Pérez, una de las fundadoras, nos cuenta su experiencia personal y la de la organización. El hermano de Noemí desaparece allá por el 1982, cuando las dictaduras reinaban por Latinoamérica y en plena aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional, o lo que es lo mismo, en plena aplicación de secuestros, desapariciones, torturas y asesinatos de todos aquellos que “delinquían”. ¿Por qué pongo delinquían entre comillas? Pues bien, porque curiosamente para muchos el pensar diferente no es ni será delito.
Noemí tan solo tenía 14 años cuándo la realidad de la desaparición de su hermano, un joven líder de movimientos estudiantiles, le golpeó. Desde entonces, está luchando por que se haga justicia y porque la verdad se haga pública. Ésta desaparición provocó el desmembramiento de su familia, pues algunos miembros optaron por dejar de buscar, por las consecuencias que para ellos podía tener. Sin embargo, Noemí y su madre buscaron a su hermano día y noche, y en la actualidad Noemí sigue buscando. Su mamá ya no puede seguir buscando, pues como dice su hija: “murió de pena moral”.
Éste es solo un ejemplo de cómo la Doctrina de Seguridad Nacional, impulsada por el gobierno de EEUU para alejar el comunismo de su “patio trasero” y las dictaduras de los setentas y ochentas afectaron a la vida de muchas personas.
Lo peor, tal y como nos cuenta Noemí, es que ahora se vuelve a repetir la historia, pero según ella es mucho peor que en los ochentas. Michelleti, de la burguesía catracha, da un golpe de estado a Zelaya, pues este plantea crear una constituyente y reformar la Constitución, aunque parece ser que el objetivo no era poder volverse a presentar tal y como nos cuentan, sino establecer un sueldo mínimo de 5000 lempiras, estudios totalmente gratuitos, el ALBA… Noemí nos cuenta convencida que lo del sueldo mínimo es el detonante, pues las transnacionales, los empresarios y los medios de comunicación están totalmente en contra. El golpe de estado conlleva otra vez, represión, desapariciones, torturas, secuestros y asesinatos; solo a modo de ejemplo, desde el golpe de estado han sido asesinados treinta periodistas, ayer el último.
Independientemente de cuáles sean los verdaderos motivos, la verdad es que se da un golpe de estado. Otra verdad, es que el nuevo presidente ha sido elegido con una abstención del 65% de los llamados a votar. ¿Saben cómo se logra este abstencionismo? El mismo día del golpe de Estado, que los ciudadanos estaban llamados a votar la cuarta urna para decidir sobre la constituyente, se forma el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). El FNRP aglutina a la sociedad civil catracha, desde sindicatos a organizaciones que luchan por los derechos de los homosexuales.
Pues bien, este frente se organiza y se moviliza para concienciar sobre la importancia de no legitimar al nuevo gobierno y se llama al abstencionismo. Hoy en día siguen luchando juntos, y ahora son más ambiciosos, quieren reformar la Constitución y refundar el estado de Honduras.
Suerte compañeros.