Felipe Tobar es un amante de la tierra, un agricultor que ejerce de presidente de la Fundación por el Cooperativismo y el Desarrollo Comunal de El Salvador (CORDES). Felipe luchó por la libertad de este maravilloso país, sobrevivió a la matanza de Sumpul, donde perdió a veinticuatro familiares, y fue uno de los líderes de la repoblación/fundación de la villa de San José de las Flores. Y lo mejor, Felipe es un ser humano capaz de perdonar a todos aquellos que sembraron de sangre y sufrimiento a éste país y a su familia, a cambio sólo pide la verdad.
Felipe nos habla de ideas nuevas para nosotros, de alternativas al sistema neoliberal, ideas que nos asombran a la par que nos crean una ilusión brutal. Palabras como economía social, desarrollo autogestionado, empresa social, comunidad, días comunales o fondo social irán retumbando en nuestras cabezas durante los siguientes días.
Miguel Mejía, uno de los fundadores de la Asociación de Comunidades Rurales para el Desarrollo de El Salvador (CRIPDES) sigue alimentando nuestra ilusión con la historia del proceso de repoblación de los pueblos, de su organización comunal y solidaria. Miguel nos consigue un coche y nos lleva hasta la primera comunidad repoblada del país con civiles que se habían ido a vivir a las montañas.
Llegamos a San José de las Flores y allí empezamos a entender y a palpar qué son todas aquellas palabras bonitas de las que nos había hablado Felipe Tobar a través de dos miembros de la Asociación Comunal San José de las Flores, José Rolando y “Chepe”. Ellos y más tarde, el presidente de la Asociación, Emilio, nos lo aclaran todo.
San José de las Flores fue repoblado por los civiles que habían vivido en las montañas huyendo de la guerra. Conforme a su experiencia comunal organizarán el pueblo. Se crea la Asociación Comunal en respuesta a las necesidades de la comunidad, para adquirir personalidad jurídica crearán la Cooperativa. Ésta comprará tierras y trabajará la agricultura y la ganadería. El principal objetivo es producción local para consumo local. Ante las necesidades, las mujeres, que serán las más emprendedoras de la comunidad, empiezan a crear negocios: sastrería, panadería, comedor comunal, supermercado, serigrafía, artesanía, granja de pollos y gallinas, banco de mujeres y farmacia. Todos estos negocios quedan bajo la organización de las mujeres, éstas aportan cada mes un 1% de beneficio de sus negocios para temas sociales de la comunidad.
Por otro lado tenemos el complejo turístico que se acaba de terminar, en éste, al igual que en las iniciativas de las mujeres, se aplica la economía solidaria. En este caso, el 7% del beneficio se destina a un Fondo Social. El origen de este fondo son las carencias que pasan las personas de la tercera edad, así pues, con dichos ingresos se pretende que a éstas personas no les falte de nada: alimentos, medicinas… Antes, eran problemas solventados por la cooperación internacional.
Éstas son empresas sociales dentro de un sistema al que califican como economía social, pues no busca el puro lucro, sino va más allá, se prioriza al ser humano por encima del dólar. Los proyectos son autogestionados y autosustentables, exceptuando el de turismo que empieza y al cual también está ligado una piscifactoría con el fin de poder aportar pescado a su comunidad.
En San José de las Flores la cosa no se queda aquí, frente a la emigración por cuestiones económicas, la Asociación Comunal da tierras, de la cooperativa o que compra a través de la ayuda económica de organismos no gubernamentales, a los jóvenes que inician un proyecto de vida en pareja ante la imposibilidad económica de éstos de comprarla, para que construyan su vivienda. Uno se pregunta ¿qué hay detrás de esto, qué buscan? Y la respuesta es clara, en contrapartida se le pide a los jóvenes que se impliquen en los Días Sociales o Comunales. Éstos, al estilo de los sábados rojos cubanos, consisten en un día a la semana, al mes o según la necesidad, la comunidad por ejemplo se reúne y va a trabajar reparando el tejado con goteras de un anciano que no puede arreglarlo ni pagar su arreglo. ¿Increíble, no? Pues es cierto. En estos días no solo se implican los miembros de la Asociación Comunal, sino la villa “entera”. Lo que se busca, a diferencia del individualismo capitalista, es la conciencia de comunidad.
Hay una Asamblea General de la Asociación Comunal para la toma de decisiones importantes, luego para temas menores está la Asociación Cooperativa que toma decisiones en el ámbito de la agricultura y la ganadería, y la Organización de Mujeres que toman las decisiones relacionadas con sus empresas sociales de las mujeres. Por otro lado, cada mes se reúnen todos, ponen en común los problemas, las necesidades y se sugieren soluciones.
Esta organización comunal da que pensar.